En estos tiempos es común vivir dependientes de la moda para sentirse aceptado y no relegado.
¿Son realmente necesarias las modas?
La regla más segura y razonable en lo tocante a las modas es no ser quien las invente, no ser de los primeros en adoptarlas, y no esperar a que no haya nadie que las siga, para abandonarlas.
El medio de poner límites a la moda en lo referente a los vestidos e impedir a quienes la siguen dejarse llevar a excesos, es someterla y forzarla al recato, que debe ser la norma de conducta del cristiano en todo lo referente al exterior.
¿Los tiempos han cambiado? ¿O decidimos creer eso para sentirnos mejor?